A medida que las escuelas locales están reabriendo para el aprendizaje en persona, es posible que comience a notar que su hijo tiene dificultades para cumplir con el nuevo horario, con arrebatos y distracciones en conjunto. Si seguir una serie de instrucciones para prepararse por la mañana (cepillarse los dientes, vestirse, desayunar, ponerse los zapatos) parece ser demasiado difícil para su hijo/a, o si los maestros informan sobre arrebatos emocionales y problemas crónicos de administración del tiempo, su hijo puede estar luchando con sus habilidades de funcionamiento ejecutivo.
El funcionamiento ejecutivo (EF) es la capacidad de realizar una tarea dirigida a un objetivo mientras se mantienen las emociones bajo control. Los niños tienen cerebros con el desarrollo de habilidades EF y tienen diferentes tipos de tareas dirigidas a objetivos, como prepararse para la escuela, preparar una comida sencilla o hacer cosas más difíciles como las matemáticas. Los adultos dependen de las habilidades del funcionamiento ejecutivo a diario para actividades como cocinar, conducir, priorizar tareas importantes o planificar su día.
Entonces, ¿cómo se ve cuando no funciona bien en un niño?
Esencialmente, el niño con déficit de EF parece que no tiene motivación. Aunque la tarea le parezca sencilla, su cerebro no puede procesarla correctamente.
Cuando estas luchas comienzan a afectar el funcionamiento diario de su hijo, usted o su familia, puede ser el momento de programar una evaluación con un terapeuta ocupacional. En la Terapia Ocupacional pediátrica, su hijo aprenderá a realizar sus tareas, metas y listas de tareas cotidianas sin las emociones explosivas ni las rabietas
Cuando estas luchas comienzan a afectar el funcionamiento diario de su hijo, usted o su familia, puede ser el momento de programar una evaluación con un terapeuta ocupacional. En la Terapia Ocupacional pediátrica, su hijo aprenderá a realizar sus tareas, metas y listas de tareas cotidianas sin las emociones explosivas ni las rabietas